Sileny Rivas de Mora
Médica
Cirujana, Profesora del Departamento de Medicina Preventiva y Social.
Coordinadora de la Cátedra de Epidemiología, Universidad de Los Andes (ULA).
Mérida - Venezuela. Tlf.: 58-274- 2403570.
Contenido
-
Esbozo teórico sobre la violencia contra la mujer
-
Método
-
Referencias Bibliohemerográficas
- Anexo
Este
trabajo forma parte de una investigación más amplia titulada “Estudio transversal
sobre la Violencia Doméstica contra la Mujer en el Ambulatorio Belén de Mérida",
a partir del cual se reportan algunos resultados obtenidos en un estudio epidemiológico
realizado en una muestra de 200 mujeres
que acudieron a las consultas
de Medicina de Familia por diferentes
causas, que no incluían la violencia. Sin embargo consciente de la responsabilidad
como profesional de la salud y por la invisibilidad de este problema, me propuse
indagar su prevalencia. La información obtenida se basó en un cuestionario
auto aplicado (ver anexo) donde se abordó entre otros aspectos, las variables
relacionadas con la presencia de violencia durante el embarazo, la
actitud de la mujer en cuanto a la
justificación de los hechos violentos y el conocimiento de la Ley sobre
la violencia contra la mujer y la familia
(vigente desde 1/1/99).
DOMESTIC
VIOLENCE TOWARD WOMEN—THE SHAMEFUL REALITY
This paper is an abridgement of a
former article entitled: An Objective
Study of Domestic Violence toward Women at the Belen Clinic in Merida which gave results obtained during an
epidemic survey utilizing data obtained from 200 women who came to the clinic
for health care not immediately connected with violence. However, in cognizance
of the responsibility that the professional health worker must have in regard
to the occurrence of violence, its clandestine nature and the impunity which
its perpetrators obtain, it is imperative that the extent of the problem be
investigated. Information was obtained from individual questionnaires
inquiring, amongst other variables, as to the incidence of violence during
pregnancy, the attitude of women in respect to its justification, and the
degree of knowledge which women have about their legal rights pertaining to
violence offered to their persons and their dependents; rights which have been
recently promulgated and put into force in Venezuela.
La famosa frase “ hogar dulce hogar ” para millones de mujeres
en el mundo no es más que un sueño, una utopía, ya que en muchos de ellos,
lejos de encontrar cuidado, seguridad, protección, lo que se encuentra es tristeza, dolor, frustración,
enfermedad y en algunos casos hasta la muerte.
La violencia es una realidad que aunque presente en la vida
cotidiana tiende generalmente a ocultarse. Esto por muchas razones, entre
otras: la vergüenza, las amenazas de más violencia o de muerte, el miedo a
perder la seguridad económica y la de los/las hijos/as, la resignación a ese
destino, las creencias religiosas, la impunidad, etc.
Las mujeres maltratadas caen en una circularidad que las
envuelve psicológicamente; su yo, su
identidad individual se erosiona y las incapacita para tomar decisiones; su
autoestima queda tan baja que quizás cuando decidan reaccionar, lo hagan usando
la misma violencia como arma.
No cabe duda que la violencia es una vergonzosa realidad
que se ha convertido en un problema de Salud Pública, por lo tanto debe
tratarse como tal. Esto implica crear y/o reformar el sistema de atención de
las mujeres maltratadas y fomentar nuevas actitudes en el personal que atiende
estos casos; implica al mismo tiempo desarrollar una estrategia nacional, a
nivel comunitario e institucional, destinada a promover organizaciones de mujeres y hombres que
asuman un papel más destacado en las actividades de detección y prevención de
la violencia.
Es importante aclarar que este trabajo se inscribe en la
perspectiva de género y que género no es sinónimo de mujer, aún cuando la
mayoría de los trabajos se refieren a las mujeres, mientras que el término sexo
se reserva preferentemente para las características biológicas predeterminadas
y relativamente invariables del hombre y de la mujer. El término género es
utilizado para indicar características socialmente construidas, que constituyen
la definición de lo masculino y lo femenino
en las diferentes culturas (OPS, 1993). Las relaciones de género se expresan a
través de relaciones de poder-subordinación representadas en la adscripción de
funciones, actividades, normas y conductas esperadas para hombres y mujeres en
cada sociedad. Esto es, lo que Marcela Lagarde (1992) llama la organización
genérica del mundo. Lamentablemente esa organización afecta más a las mujeres
porque las ubica en una posición de inferioridad y discriminación, en
comparación con los hombres, (hay más analfabetas, más desempleadas, las
mujeres ganan menos salario por el mismo trabajo, trabajan más horas diarias,
poseen solo el 1% de la propiedad, etc.).
Por violencia doméstica vamos a entender la totalidad de
hechos que causan daño tanto físicos, psíquicos como patrimoniales en contra de la mujer o cualquier otro/a
integrante de la familia. Se asume que cualquier miembro/a puede ser dañado/a y
cualquiera puede dañar. Sin embargo los estudios epidemiológicos a nivel mundial
han señalado que los grupos más afectados y hacia donde ocurre el daño con
mayor frecuencia es hacia las mujeres y los/as
niños/as.
Entre los
diferentes modelos teóricos que tratan de explicar esta realidad sociocultural,
tenemos los propuestos por Kashani (1996) y citados por Sauceda (1999) en su trabajo sobre violencia
intrafamiliar y sexual:
1.
El modelo de aprendizaje social postula que la conducta violenta es
aprendida en el hogar, cuyos miembros la repiten posteriormente cuando forman
sus propias familias. Dentro de este modelo, Carmen T., García en su trabajo
sobre Mujeres y Violencia, afirma: “la persona aprende que la violencia
constituye un comportamiento exitoso frente a la frustración o la imitación,
entonces la agresión será su modo de adaptación al
estrés. Los niños y adultos tienden a imitar modelos agresivos observados,
incluyendo en el modelo agresivo diferentes formas facilitadoras e inhibidoras
del aprendizaje de la violencia” (García,
1997).
2.
El modelo de la psicopatología sostiene que el
origen de la agresividad radica en cuadros clínicos de psicopatología sufridos
por el agresor. La violencia es una conducta patológica de un hombre
psíquicamente perturbado, pero aunque en muchos casos de hombres maltratadores
es posible integrar un diagnóstico de trastorno de personalidad o de enfermedad
mental, no hay un tipo específico de psicopatología presente en forma
consistente en los hombres violentos, lo que sí se observa habitualmente es que
el estar bajo los efectos del alcohol, puede desencadenar crisis de violencia
al facilitar la desinhibición de los impulsos agresivos y disminuir el
autocontrol y los escrúpulos de orden moral.
3.
El modelo de la agresividad estimulada
aversivamente, establece que la conducta agresiva, más que ser aprendida,
deriva del simple deseo de producir dolor. Así, el concepto de la agresión
aversivamente estimulada se enfoca en la intención del maltratador.
4.
El modelo sistémico propone que existen relaciones disfuncionales entre los
individuos violentos y sus contextos interpersonal, físico y organizacional,
los cuales relacionados a su vez, ponen
en riesgo a todos los/as integrantes de la familia por interacciones de abuso y
violencia. Este es un modelo de tipo multifactorial (Sauceda, 1999).
Se pueden
mencionar además otros modelos propuestos por Pérez Prado citados por García
(1997) como son:
1.
El modelo biológico del comportamiento; donde se
interpreta y justifica la dominación masculina como “innata”, inscrita en los
genes, trazando lo que podría llamarse las “raíces animales del comportamiento
humano” (Ferrara, 1995). Según este modelo el hombre es agresivo por naturaleza
y la mujer es pasiva por la misma razón.
2.
El modelo de análisis a partir de los ciclos de la
violencia en la pareja hace una
aproximación descriptiva a la violencia de género, a partir del cual se aborda como ciclo que se inicia con
agresiones menores que se van incrementando hasta alcanzar un clímax, para
luego decrecer, a continuación viene un período de arrepentimiento del agresor,
después del cual el ciclo se repite. Este análisis no profundiza sobre las
causas de la violencia ni en los mecanismos que intervienen en su reproducción
(García, 1997).
3.
El modelo socio-cultural enfoca el estudio de
la violencia como ejercicio del poder y
como resultado de la socialización diferencial. La violencia se ejerce frente a todo comportamiento que
implique resistencia o subversión a un poder establecido, ya que ésta es
consecuencia de la dinámica y estructura de la sociedad global, constituida por
relaciones de desigualdad sociocultural; de relaciones de género,
generacionales, de clase o sector social
(García, 1997).
Cualquiera que
sea el modelo teórico que se asume para comprender y explicar la violencia
hacia la mujer, esta sigue siendo un problema de salud pública por su
prevalencia y la falta de políticas públicas para su atención y prevención.
Con la finalidad de abordar la violencia doméstica contra
la mujer como uno de los problemas que oprimen
el sexo femenino, perjudican su salud y obstaculizan su participación en
el desarrollo económico y social de la comunidad, se realizó una investigación exploratoria de corte transversal en el Ambulatorio
Urbano III, ubicado en la Parroquia Belén del Estado Mérida, Venezuela,
en los meses de julio y agosto de 2000.
Los objetivos básicos que orientaron el estudio fueron:
1.
Determinar
la prevalencia de la violencia contra la mujer en el hogar;
2.
Describir
su caracterización epidemiológica .
3.
Determinar
la correlación estadística existente entre algunas variables demográficas y la
violencia doméstica.
Población y muestra
La
población se determinó con base a las mujeres de 15 a 70 años de edad que
acudieron a la consulta por cualquier motivo (todos diferentes a problemas de
violencia) a los cinco consultorios de Medicina de Familia. De un total de 697
mujeres se seleccionó por muestreo probabilístico (por
consultorio) estratificado un total de
200 mujeres. Con el fin de identificar los problemas que pudiesen presentarse en la aplicación y receptividad de la
encuesta se aplicó una prueba piloto a un total de 20 mujeres en el mismo grupo de edades.
Recolección de información
El
instrumento utilizado para la recolección de los datos fue una encuesta
diseñada por la investigadora para
caracterizar la violencia (ver
anexo al final del artículo) .
A partir del procesamiento, análisis y
presentación de los datos se ofrece algunos resultados obtenidos en el estudio
epidemiológico sobre la violencia
doméstica:
1.
El 31%
de las entrevistadas han sido
golpeadas estando embarazadas (Ver gráfico N° I)
2.
El 59% de las
entrevistadas han sufrido
violencia (Ver gráfico N° II )
3.
El 73.2%
nunca ha solicitado ayuda cuando han sufrido de violencia (Ver gráfico N° III)
4.
El 64%
está medianamente de acuerdo con la justificación de la violencia
(Ver gráfico N° IV)
5.
El 73.5% desconoce
la Ley que protege a la mujer y
a la familia y el 69.5% desconoce que existen organizaciones no gubernamentales que orientan sobre esta situación (Ver
gráfico N° V).
Estos resultados permiten afirmar
además que:
·
La percepción de la
violencia de acuerdo a varias
tipologías, demuestran que la mayoría de las entrevistadas consideran
como hechos o circunstancias violentas en diferentes formas; físicas,
psicológicas y sexual. Sin embargo, un número importante de ellas no reconoce la violencia sexual,
otras no reconocen la violencia psicológica. Por ejemplo algunas mujeres solo
identifican la violencia cuando se alude a manifestaciones graves como:
bofetadas, golpes con objetos, amenazas con armas, etc. Conductas como
insultar, humillar, gritar, no son entendidas como manifestación de violencia.
·
En relación con el
embarazo: el mayor porcentaje, 42%, está representado por las mujeres que
respondieron que no habían sido golpeadas estando embarazadas, sin embargo,
el 31%, fueron golpeadas durante ese
periodo, el 26%, contestaron que nunca han sido golpeadas y el 1% no respondieron la pregunta. Nos indica que
aunque el embarazo es a menudo vivido, pensado y deseado como un período de
felicidad y esperanza, en el cual la mujer espera recibir el mayor apoyo, es
precisamente en esa época, cuando
muchas reciben abusos físicos. Estos datos concuerdan, con estudios anteriores
(Campbell, 2000), donde se afirma que muchas veces las mujeres maltratadas
encuentran que la violencia aumenta durante el embarazo, y que si empieza
durante el embarazo, es más probable que continúe después del parto. Esta
autora también dice: “irónicamente a menudo los cambios normales del embarazo
provocan los primeros episodios de abuso o avivan el abuso repetitivo. Algunos
hombres se sienten amenazados por los cambios emocionales que una mujer experimenta
durante el embarazo y se ponen celosos del lazo tan profundo que la mujer está
desarrollando con su bebé” (Campbell, 2000).
·
Otros de los
resultados observados se refieren a los tipos de violencia recibida y a la
frecuencia. Se evidencia que es la violencia catalogada como psicológica
(gritos con rabia, insultos, humillaciones) la
que más afecta a la mayoría de las mujeres. Sin embargo es relevante
también, los golpes, daños a objetos y relación sexual a la fuerza.
·
La frecuencia de
ocurrencia del maltrato se ubicó entre “algunas veces “ y ” casi siempre”. En la cotidianidad de la
vida de estas mujeres el maltrato es tan frecuente e impune que se considera
casi normal o inevitable.
·
En relación a la solicitud de ayuda cuando la mujer ha
sufrido de maltrato: el 73.2% de las encuestadas respondieron que no han
solicitado ayuda, el 26.6% respondieron que sí y el 0.5% no respondieron esta
pregunta. De las mujeres maltratadas
que solicitaron ayuda, el mayor porcentaje acudió en orden decreciente a
familiares, personas de la vecindad o amistades, a la policía, al hospital, a
la Fiscalía, a la Prefectura, a la Casa de la Mujer, a una clínica y a la
Policía Técnica Judicial . La demanda de ayuda puede ser entendida como una
salida cuando la mujer siente que su vida o la de sus hijos/as corre verdadero
peligro, y en su mayoría acuden a los familiares o vecinos/as, porque es
posible que sean los recursos más próximos, los cuales actúan defendiéndola,
protegiéndola y/o proporcionándole refugio. Sin embargo, como lo plantea Borjas
(1997), “la familia más próxima no siempre es la mejor aliada cuando la
solución que ellos proponen no es la esperada por la mujer, lo cual va a
contribuir en aislamiento a largo plazo”. “El temor a una intervención violenta
de hermanos y tíos, la negativa a
escuchar los consejos, de enviar a prisión al agresor (que en la mayoría
de las veces es el marido), el temor a
la recriminación, así como la vergüenza pueden obligar a las mujeres a ocultar
su situación” (Borjas, 1997). A los servicios de salud y a los puestos de
policías igualmente solo acuden los casos en que la violencia alcanza sus extremos más intolerables.
·
Con respecto a la
justificación de la violencia, más de la mitad de la muestra estudiada, (64%)
respondió estar medianamente de acuerdo ante las preguntas que justificaban la
violencia, 23% estar en desacuerdo y un 9.5% estar de acuerdo. Es decir, en general
justificaban la violencia.
·
Con relación a la
aceptación de la violencia por parte de la mujer, encontramos que probablemente la mujer la tolera por una
razón de dependencia afectiva; como lo es el temor a quedarse sola; por tratar de conservar la unión a un alto
costo. Además la violencia doméstica ha sido encubierta por una sociedad que se
hace cómplice y que en mayor medida la justifica y la acepta. Esto ha llevado a
denominarla: “violencia silenciosa”,
porque hasta hace poco no trascendía de las cuatro paredes de los hogares.
·
En relación a la Ley
sobre la Violencia contra la Mujer y la Familia, el 73.5% de las mujeres
encuestadas respondió que no conocen dicha
Ley; el 26.0%. La conoce y un
0.5% no respondió; así mismo, la mayoría ( 69.5 %) desconoce la existencia de
organizaciones no gubernamentales de mujeres merideñas que trabajan en el área.
Para
concluir, este trabajo revela que la violencia doméstica hacia la mujer sucede
en el ámbito familiar con una alta incidencia, a mujeres de todas las edades y
ocupaciones con o sin hijos/as, casadas o no; los agresores van desde parejas,
pasando por ex-parejas, novios, hasta casos de agresiones por la familia de
origen.
Todo
lo anterior nos indica que la violencia contra la mujer no es un asunto íntimo
y privado, no es un problema de relaciones interpersonales limitado a la pareja, se trata de un
problema público, social y cultural. Y es urgente y perentoria la necesidad de
establecer políticas públicas de atención, porque, como en todo problema, para
solucionarlo es imprescindible conocerlo y realizar acciones para su prevención
y control. Interesarse, acercarse con sensibilidad y honestidad, e investigarlo
con amplitud de miradas son los primeros pasos para intentar erradicar este
flagelo.
Entendiendo
la violencia doméstica como un problema
de salud pública prevenible y controlable es necesario que:
·
El tema de la
violencia sea incorporado a las actividades de promoción de la salud a nivel de
la familia, la escuela y la comunidad.
·
Se incluya el tema de
la violencia y especialmente, la violencia contra la mujer y los/as niños/as en
los contenidos programáticos, especialmente en las carreras de Educación y en
las de Ciencias de la Salud de la
Universidad de Los Andes.
·
Se lleve a cabo un registro epidemiológico para conocer su
prevalencia como problema de salud pública.
·
A nivel de la
comunidad, divulgar y hacer del conocimiento la Ley sobre la Violencia contra
la Mujer y la Familia, promulgada el 19 de Agosto de 1998 y vigente desde
1/1/99, la cual tiene por objeto: prevenir, controlar, sancionar y erradicar la
violencia contra la mujer y la familia, así como asistir a las víctimas de los
hechos de violencia.
·
Los sectores de la
salud y educación, junto con distintas instituciones de alcance nacional, deben
unir esfuerzos para detectar casos de violencia y hacer intervenciones
preventivas. Tales intervenciones, surtirán sus mejores resultados si se
dirigen a niños y niñas desde edad muy temprana. La labor educativa de los/las
trabajadores/as de la salud, debe constituirse en un componente crítico en lo
que respecta a la prevención y manejo de actos y actitudes de violencia contra
la mujer.
Referencias Bibliohemerográficas
·
BORJAS, Beatriz (1997) La Violencia Doméstica contra la Mujer
desde la perspectiva
del sujeto de Intervención Social. Revista Venezolana Estudio
de la Mujer. Volumen 2, Nº 5. Caracas, Universidad Central de Venezuela.
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CAMPBELL, J. (2000) El maltrato durante el
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//
www.Idtonline.org/modules/vaw.span.htm.
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LA MUJER (CONAMU). (1998) Plan Nacional
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Fermentum. Revista Venezolana de Sociología y Antropología. Mérida. Nº 5
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GARCÍA, Carmen T.
(1997) Mujeres y Violencia. Un programa de investigación –
acción participativa en marcha. Revista Venezolana de Estudios de la
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LAGARDE, Marcela
(1992) Identidad de Género. Managua, Nicaragua, Edit. Oficina Sanitaria
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MC ALISTER, A. VÉLEZ,
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PEREZ, Francisca
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SAUCEDA,
J. (1999) Violencia intrafamiliar y sexual. Gaceta Médica Mexicana
Vol. 135, Nº 3, Distrito Federal, México.
·
Venezuela (Congreso
Nacional). Ley sobre Violencia contra la Mujer y la Familia. 1999 Caracas,
UNICEF.
Gráfico
I
Porcentajes Ambulatorio Belén. Mérida - Venezuela
Año 2000.
Fuente: Encuesta de Violencia Doméstica. Ambulatorio Belén.
Año 2000.
Gráfico
II
Según Frecuencia. En Porcentajes.
Ambulatorio Belén.
Mérida – Venezuela. Año 2000.
Fuente: Encuesta de Violencia Doméstica. Ambulatorio Belén.
Año 2000.
Gráfico
III
donde se acude. En Porcentaje.
Ambulatorio Belén
Mérida – Venezuela. Año 2000.
Gráfico
IV
Porcentajes. Ambulatorio Belén.
Mérida - Venezuela.
Año 2000.
Fuente: Encuesta en el Ambulatorio Belén, Mérida, 2000.
Gráfico V
Grupos que trabajan en el área. Porcentaje Ambulatorio Belén
Mérida – Venezuela. Año 2000.
ANEXO
ENCUESTA
SOBRE VIOLENCIA DOMÉSTICA
CONTRA
LA MUJER
La
violencia doméstica contra la mujer, es un problema universal que afecta a
millones de mujeres de todas las edades, razas y clases sociales. De allí que
de ser un problema de carácter privado, ha pasado a constituir un problema de
Salud Pública dada la magnitud y daño ocasionado a la sociedad por entero.
La
contestación al cuestionario siguiente constituye la base de mi trabajo de
investigación por lo que le ruego me conceda generosamente una parte de su
tiempo para responderlo.
Esta es una
encuesta epidemiológica. No se registrará ni su dirección, ni su identidad. La
información que usted nos brinde es estrictamente confidencial.
Por favor,
responda cada pregunta de la manera más sincera.
Mucho le
agradezco la colaboración que le solicito, y se suscribe de usted,
Atentamente,
Dra. Sileny
Rivas de Mora.
Profesora
Facultad de Medicina.
U.L.A.
Por favor anote su edad y marque con una “X” la alternativa
que usted considere adecuada
1.
Edad:
2.
Estado Civil:
|
|
a.
Ninguno b.
Primaria
Incompleta c.
Primaria Completa d. Secundaria Incompleta |
e.
Secundaria
Completa f.
Técnico
medio g.
Técnico
superior h.
Educación
Superior |
4.
¿Trabaja usted actualmente?
a.
Sí |
|
5.
Profesión u Oficio:
a. Oficios del Hogar (ama de casa) b. Estudiante c. Comerciante |
d. Obrera e. Profesional Universitaria f.
Empresaria |
6.
¿Su familia está conformada por? (Los que viven bajo el
mismo techo?
a. Padre, madre e hijos
b. Padre, madre, hijos, tíos, tías, abuelos
c. Padre, madre, hijos, tíos, abuelos, primos, otros
d. Madre, hijos, padrastro
e. Madre sola e hijos
f.
Pareja sin hijos
g. Otras personas no familiares
7.
¿En su casa duermen?
8.
Con frecuencia en algunas familias se presentan los
siguientes hechos o circunstancias. Por favor de estos señale con una “X” los
que usted considere como violencia.
a. Golpes
b. Heridas de armas
c. Insultos
d. Gritos con rabia
e. Amenazas
f.
Culparla de todo
g. Humillaciones
h. Vigilancia constante
i.
Prohibirle visitar su
familia
j.
Prohibirle trabajar
fuera del hogar
k. Prohibirle actividades sociales o diversión
l.
Negarse a aportar el
sustento diario
m. Relación sexual a la fuerza
n. Negarse a compartir tareas domésticas aún cuando usted
trabaja
fuera del hogar
o. Otros. Especifique:
9. ¿Usted
alguna vez ha sufrido de violencia?
a.
Sí |
b.
No |
Si contestó “Si”
continúe con la pregunta Nº 10.
Si contestó “No”
vaya a la presunta Nº 16.
10. ¿Cuál de
estos tipos de violencia usted ha recibido de su pareja u otro familiar?
a . | Golpes |
Si
|
No
|
b. | Heridas de armas o otros objetos |
Si
|
No
|
c. | Daño a sus objetos personales o los del hogar |
Si
|
No
|
d. | Relación sexual a la fuerza |
Si
|
No
|
e. | Gritos con rabia |
Si
|
No
|
f. | Insultos |
Si
|
No
|
g. | Culparla de todo |
Si
|
No
|
h. | Amenazas de matarla |
Si
|
No
|
i. | Amenazas de alejarla de los hijos |
Si
|
No
|
j. | Amenazas de botarla de la casa |
Si
|
No
|
k. | Amenazas de suicidio |
Si
|
No
|
l. | Otros. Especifique: |
Si
|
No
|
11. ¿Usted alguna
vez ha sido golpeada por su pareja u otro familiar estando embarazada?
a. Sí |
b.
No |
a.
Siempre b.
Casi siempre c.
Algunas
veces |
d.
Casi nunca e.
Nunca |
13. ¿De parte de quien o quienes usted ha recibido maltrato
o violencia?
a. | Su esposo o pareja |
Si
|
No
|
b. | Su novio |
Si
|
No
|
c. | Su exesposo, expareja |
Si
|
No
|
d. | Su padrastro |
Si
|
No
|
e. | Su padre |
Si
|
No
|
f. | Su madre |
Si
|
No
|
g. | Su madrastra |
Si
|
No
|
h. | Su(s) hermano(s) o hermana(s) |
Si
|
No
|
i. | Su(s) hijo(s) |
Si
|
No
|
j. | Otro familiar |
Si
|
No
|
14. Alguna vez
usted ha solicitado ayuda cuando ha sido maltratada?
a. Sí |
b.
No |
Si contestó “Si”
continúe con la pregunta Nº 15.
Si contestó “No”
vaya a la presunta Nº 16.
15. Cuando
usted ha solicitado ayuda ¿a dónde ha acudido?
a. | Al ambulatorio u hospital |
Si
|
No
|
b. | A una clínica privada |
Si
|
No
|
c. | A casa de familiares, amigos o vecinos |
Si
|
No
|
d. | Al módulo policial |
Si
|
No
|
e. | A la Policía Técnica Judicial (P.T.J.) |
Si
|
No
|
f. | A la Fiscalía de la República |
Si
|
No
|
g. | A un Sacerdote (Cura) |
Si
|
No
|
h. | A la Prefectura |
Si
|
No
|
i. | A la Casa de la Mujer |
Si
|
No
|
j. | Otro. Especifique: |
Si
|
No
|
16. Por favor, señale con una “X” la(s) causa(s)
que usted considera genera violencia “en su hogar”
a. | Carácter agresivo, irritable, mal humorado |
Si
|
No
|
b. | CelosCelos |
Si
|
No
|
c. | Consumo de licor (alcohol)Consumo de licor (alcohol) |
Si
|
No
|
d. | Consumo de drogas ilícitas |
Si
|
No
|
e. | Embarazo no deseadoEmbarazo no deseadov |
Si
|
No
|
f. | Infidelidad |
Si
|
No
|
g. | Rechazo a las relaciones sexuales |
Si
|
No
|
h. | Problemas económicosProblemas económicos |
Si
|
No
|
i. | Presiones de trabajoPresiones de trabajo |
Si
|
No
|
j. | Desempleo Desempleo |
Si
|
No
|
k. | Haber recibido violencia en la niñez |
Si
|
No
|
l. | Falta de atención a la pareja |
Si
|
No
|
m. | Problema de salud |
Si
|
No
|
n. | Cualquier problema “cualquier cosa” |
Si
|
No
|
o. | Otros. Especifique: |
Si
|
No
|
17. ¿Conoce
usted la Ley sobre la Violencia contra la Mujer y la Familia?
a. Sí |
b.
No |
18. ¿Sabe
usted que en Mérida trabajan grupos de personas con el problema de violencia
contra la mujer y la familia?
a. Sí |
b.
No |
19. Ahora
usted va encontrar una serie de frases o expresiones en relación con la actitud
de la mujer ante la violencia. Por favor indique con un círculo si está de
acuerdo o en desacuerdo con cada una de ellas.
Expresión |
Estoy de acuerdo |
Medianamente de acuerdo |
No estoy de acuerdo |
1.
Ante la
violencia contra la mujer hay muy poco o nada que hacer. |
3 |
2 |
1 |
2.
Existen
situaciones en las cuales es justificada la violencia contra la mujer. |
3 |
2 |
1 |
3.
La violencia
contra la mujer es algo que se debe tratar exclusivamente en privado. |
3 |
2 |
1 |
4.
El hombre es
violento porque esa es su naturaleza. |
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5.
La mujer
para mantener su hogar y proteger sus hijos debe soportar la violencia. |
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6.
Las mujeres
son maltratadas en sus hogares porque ese es su destino. |
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2 |
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Revista
Otras Miradas Facultad de Humanidades y Educación Universidad de Los Andes |
[1] Esta publicación resume parte de una investigación titulada
Estudio Transversal sobre la Violencia Doméstica contra la mujer realizada en
el año 2000 en el Ambulatorio de Belén de la ciudad de Mérida, Venezuela, la cual fue presentada
como trabajo de ascenso para optar a la categoría de profesora agregada y la
misma contó con el financiamiento del CDCHT de la Universidad de los Andes.