Ensayos




EL ENIGMÁTICO SIMBOLO “X” EN LOS POLINOMIOS

 

Roy Quintero, Deyse Ruiz y Ruperto Terán.

Universidad de Los Andes. Núcleo Universitario “Rafael Rangel”.

Trujillo – Edo. Trujillo. Venezuela

E-mail: costan@cantv.net , rupertob@hotmail.com

 

 

Contenido

-        Resumen

-        Introducción

-        Algunos principios epistemológicos de la Matemática

-        Descripción, análisis e interpretación de la información

-        Referencias Bibliográficas

 

Resumen

Esta ponencia recoge el análisis preliminar de los hallazgos de una investigación en desarrollo que tiene como propósito indagar acerca de la interpretación que tanto profesores como estudiantes atribuyen a los conceptos de “Variable”, “Indeterminada” e “Incógnita” y que son representados con el mismo símbolo “X”, dentro del tema Polinomios de octavo grado de Educación Básica. Un mismo símbolo representa objetos matemáticos diferentes, esto es, la “X” es usada para representar la indeterminada en la “Definición de polinomio”, para representar la incógnita en una “Ecuación polinómica” y representar la variable en una “Función polinómica”, en nuestros contextos escolares. Para lograr dicho propósito, el abordaje metodológico se realizó desde el enfoque de la etnografía.

 

Palabras clave: símbolo X, variable, indeterminada, incógnita, interpretación

 

Introducción

La investigación parte de la importancia que tiene el aprendizaje conceptual dentro de la educación científica, específicamente en la educación matemática. La enseñanza y el aprendizaje de los conceptos suelen tropezar con ciertos obstáculos, entre ellos, la presencia de nociones ambiguas que impiden al estudiante construir conceptos cónsonos a los utilizados por las disciplinas científicas. En el caso de la matemática como disciplina escolar, algunos conceptos no proceden del contexto cotidiano del estudiante, gran parte de ellos derivan de un largo proceso de abstracción elaborado por los matemáticos dentro de su disciplina, por lo que su enseñanza requiere de acciones didácticas sistemáticamente planificadas.

El desarrollo del pensamiento matemático requiere, por un lado, de la aprehensión de los objetos matemáticos mediante una comprensión conceptual y, por otro, entender que las representaciones semióticas (las que representan al objeto) posibilitan una actividad sobre los objetos matemáticos (Duval, s.f). Esos objetos son representados mediante símbolos o signos, los cuales son representaciones semióticas del mismo, por lo tanto, es importante establecer diferencias entre un objeto y su representación, esto es un punto estratégico para la comprensión de la matemática.

En algunos casos, un mismo símbolo matemático puede hacer referencia a varios conceptos matemáticos similares o relacionados entre sí, por tanto, tienen una función comunicativa e instrumental diferente según sea el objeto matemático al que se refieren. Esto es particularmente notorio en el contenido de Polinomios, el cual aparece en el programa de matemática de octavo grado de Educación Básica. En este grado, el estudiante comienza a trabajar con los “Polinomios”, “Función polinómica” y “Ecuación polinómica”, en consecuencia debe tropezar necesariamente con el “cotidiano y misterioso” símbolo “X” (Quintero, 1998). Según Quintero, este símbolo es usado en los ambientes escolares de tres formas diferentes, sin que se advierta sobre los significados que se atribuyen al mismo en relación con las nociones o conceptos matemáticos que intenta representar. En esta forma, el símbolo “X” dentro del tema de los polinomios sirve para representar:

Por tanto, en la enseñanza de los polinomios se requiere prestar atención a este símbolo y a los objetos matemáticos representados en él, esto es, determinar cuándo el símbolo está representado la indeterminada, la variable o la incógnita dentro de un enunciado matemático.

Antes de proceder al análisis de sus usos e interpretaciones en los contextos escolares, es importante considerar la historia del símbolo “X” dentro de la matemática como disciplina científica, así como los conceptos que él representa, igualmente, se hace necesario revisar en la vida cognitiva del estudiante de octavo grado de Educación Básica, en cuanto a su evolución cognitiva-conceptual. Sobre este último aspecto, vale la pena señalar lo siguiente:

·         El estudiante de este grado, por lo general es un joven preadolescente o adolescente, cuya edad oscila entre los trece y catorce años de edad y si hacemos referencia a la teoría de Piaget (1981) en cuanto a las etapas de desarrollo, diríamos que éste se encuentra iniciando la etapa de las operaciones formales. Estas operaciones formales se alcanzan a partir de la adolescencia y constituyen un sistema de pensamiento sin el cual no sería posible la comprensión del discurso científico, por lo que resulta importante para comprender el tipo de progreso psicológico que tiene que realizar el estudiante para acceder al conocimiento científico (Pozo,1997).

En contraste con la etapa de las operaciones concretas, las operaciones formales transcienden lo real para plantearse lo posible, en esta forma, las operaciones formales no trabajan con objetos del mundo real sino con dimensiones y variables posibles, por lo que no se opera con objetos físicos, sino con operaciones concretas previamente realizadas con los mismos objetos. En consecuencia, las operaciones formales están fundamentadas en representaciones más que en los objetos mismos, por tanto deberán apoyarse en un código o formato de representaciones o lenguaje distintos del pensamiento concreto. Otra característica funcional que se le atribuye al pensamiento formal es su naturaleza hipotético-deductiva, en la que se admite la búsqueda de explicaciones de los hechos más allá de la realidad y, además, permite someterlas a comprobación o validaciones sistemáticas. Por lo que un estudio de esta naturaleza se justificaría en el ámbito educativo.

·         El estudiante de octavo grado ha trabajado anteriormente con el símbolo “X”. En grados anteriores (sexto y séptimo) y en contenidos programáticos previos al tema de los Polinomios, posiblemente ha resuelto ecuaciones de primer y segundo grado, en las que el símbolo ha sido utilizado para representar la “Incógnita” de una ecuación y también ha sido tratado como “Variable”, cuando se ha trabajado con el concepto de Función lineal en séptimo grado. En cuanto al concepto de “Indeterminada”, se presume que éste no es utilizado en este nivel de escolaridad debido al alto nivel de abstracción que implica dentro de la definición de polinomios (Quintero, 1998).

Tomando como referencia lo anterior, se partió de la pregunta: ¿Cómo interpretan estudiantes y profesores los conceptos de Indeterminada, Variable e Incógnita que generalmente son representados con el mismo símbolo “X”, dentro del tema Polinomios del programa de matemática de octavo grado de Educación Básica?

Como preguntas auxiliares surgen las siguientes:

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Algunos principios epistemológicos de la Matemática

El problema de la comprensión está relacionado con el ¿cómo se concibe el conocimiento matemático? Asumiendo que los términos y expresiones matemáticas denotan entidades abstractas, se hace necesario explicar qué se entiende por comprender un objeto matemático, cómo está estructurado, qué formas posibles de comprensión existen para cada concepto en particular, qué aspectos o componentes de esos conceptos son posibles y deseables que aprendan los estudiantes en un momento y circunstancias dadas.

En nuestro tema a investigar esto equivaldría a preguntar: ¿cómo se conciben los conceptos de Indeterminada, Incógnita y Variable?, ¿cómo se articulan estos conceptos?, ¿qué formas posibles de comprensión existen para cada concepto en particular?, ¿qué funciones cumplen dentro de una expresión matemática determinada?, ¿qué aspectos deberán tomarse en cuenta en el aprendizaje de ellos?

En este esfuerzo explicativo, se partirá de algunas hipótesis cognitivas y epistemológicas acerca de la matemática propuestas por Godino (2000), éstas se refieren a que:

La matemática como una actividad humana genera objetos matemáticos que son representados semióticamente por signos y símbolos, éstos tienen como función posibilitar diversas manipulaciones operatorias e instrumentales dentro del campo matemático y también al ser creados o producidos en el seno de una comunidad científica, pueden ser considerados como objetos socio-epistémicos, cuyos significados son compartidos. Por lo tanto, sería importante preguntar: ¿Cómo concibe la comunidad matemática los conceptos de Indeterminada, Variable e Incógnita y cómo son concebidos por los profesores, el currículo, los textos y el aparato escolar en general?

El conocimiento científico es intrínsecamente producto de acciones individuales y grupales dentro de una comunidad científica que comparte sistemas de valores cognitivos, éticos y culturales. Por tanto, la matemática como ciencia no puede ser entendida sin referencia a la naturaleza especial de la comunidad científica que la construye.

Las actuaciones dentro de esa comunidad científica, están mediadas por los instrumentos semióticos que la cultura aporta y por las capacidades de razonamiento lógico deductivos de los involucrados en tales actuaciones. Así, la comunidad científica matemática, también comparte un lenguaje simbólico, con el que es posible crear, manipular y comunicar situaciones problemáticas y sus soluciones, por ello, los símbolos matemáticos tienen una función instrumental y comunicativa.

Además, cuando se asume que la matemática es un sistema conceptual lógicamente organizado, ello implica que algunos conceptos necesitaron años de esfuerzos para su desarrollo dentro de esa ciencia. Esos conceptos configuran una red, en la que unos derivan del contexto cotidiano y otros fueron generados a partir de un proceso de abstracción sucesivo realizado por los matemáticos y su ciencia. Por tanto, parte del poder de la matemática como ciencia, estriba en su abstracción y generalidad, lograda por generaciones sucesivas de matemáticos que han abstraído o generalizado desde conceptos anteriores. En consecuencia, algunos conceptos matemáticos no pueden aprenderse directamente del entorno cotidiano, sino a través del proceso de abstracción elaborado por los matemáticos y su ciencia (Skemp, 1999). En este sentido, el aprendizaje conceptual ha de ocupar un papel central dentro de la educación matemática.

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Descripción, análisis e interpretación de la información

La investigación tuvo como escenario un aula de octavo grado de Educación Básica del municipio Trujillo del estado Trujillo. Esta aula de clase está conformada por 38 estudiantes y la asignatura es dictada por una profesora con título de licenciada en Educación, mención Matemática, egresada del Núcleo Universitario “Rafael Rangel” de la Universidad de los Andes.

En cuanto a los instrumentos de recolección de información, se utilizaron: la observación participativa, el diario de campo o notas de campo, también se utilizaron cuestionarios, éstos estuvieron dirigidos a profesores y estudiantes, tenían como finalidad determinar en forma detallada los significados que tanto la profesora como los estudiantes atribuyen a los conceptos en estudio. En cuanto a los “textos nativos”, entendidos éstos, como los escritos producidos en el contexto de la clase, se consideraron los cuadernos de apuntes de los estudiantes.

El análisis preliminar de la información indica lo siguiente:

En cuanto al concepto de “Indeterminada” dentro del tema de polinomios (definición de polinomio) éste no fue reportado en ningún escenario, esto es, ni en las clases, ni en los cuadernos, ni en los ejercicios desarrollados por la profesora y por los alumnos. En el cuestionario dirigido a los profesores, el concepto de “Indeterminada” aparece difuso. Nos adelantaremos a indicar algunas apreciaciones consideradas en el cuestionario y que hacen referencia a éste como un concepto general y abstracto que logra operacionalizarse mediante la variable y la incógnita. El mismo no se incluye en los contenidos matemáticos sobre polinomios en octavo grado de Educación Básica. Tales consideraciones afirman la presunción de Quintero (1998), en cuanto a la ausencia de este concepto en los contenidos programáticos de este nivel de escolaridad debido al nivel de abstracción que implica el mismo. Así, el concepto de “Indeterminada” queda reservado como un objeto matemático de abstracción considerable que abarca los conceptos de “Variable y de Incógnita”.

En cuanto al concepto de “Incógnita” asociado al contenido programático de Ecuación polinómica o Raíz de un polinomio, éste tampoco fue reportado, pues, aunque el contenido estaba enunciado en el plan de lapso presentado de la docente, no fue desarrollado durante las clases destinadas a tal contenido. En el plan de lapso aparece como un contenido procedimental, enunciado de la siguiente manera: “Establecer que los números racionales que anulan a una función polinómica se llaman ceros de la función o raíz del polinomio”. Por tanto, en el transcurso de la observación realizada en las clases, el concepto de “Incógnita” no fue tratado, así lo evidencian las clases registradas y los apuntes del cuaderno de matemática de los estudiantes considerados como informantes clave.

Con relación al término “Variable”, éste fue registrado con mayor frecuencia que los términos anteriores, para analizar su uso en este contexto escolar debemos partir de la definición de polinomio, debido a que cuando se introduce el tema de los polinomios, surge por primera vez este término en forma explícita en el contexto de la clase.

Cuando analizamos la clase introductoria del tema Polinomios, del día lunes 2 de febrero de 2004, encontramos que éste queda definido como: “…es una expresión algebraica que se simboliza mediante letras” (Cuaderno de apuntes y clase registrada). En esta definición, los vocablos referidos a “expresión algebraica”, no son objetos de atención y por tanto de mención significativa. A partir de lo cual, reflexionamos y nos preguntamos:

¿Entienden los estudiantes qué es una expresión algebraica?, ¿quedará definido en forma adecuada el concepto de polinomio? Posteriormente, se recurre a emitir un ejemplo, el cual queda registrado como: P (X) = 7X3 + 5X2 + 9X – 2. A partir de él, la profesora seguida por el coro de estudiantes va nombrando los términos que conforman la expresión matemática escrita anteriormente. Paralelamente a la expresión oral, la profesora va escribiendo en el pizarrón el significado de cada uno de estos componentes, con ayuda de una representación gráfica, que llamaremos esquema. En esta forma, son nombrados e identificados los componentes (signo, coeficiente, variable y grado. Posteriormente, se acude a la ayuda proporcionada por otro ejemplo, el cual queda registrado como: P(X) = 3X4 – 2X3 – X2 + 5X – 4, en donde se identifica como términos a: 3X4; –2X3; –X2; 5X, –4. Como coeficientes se escriben los números: 3, 2, 1, 5, –4. Como variable, se escribe: X; como término independiente, se anota el número: -4 y como grado del polinomio se escribe el número 4.

Esta identificación ocurre sin que sea necesario acudir al significado de la palabra “variable”, ella simplemente queda representada con “X”. Luego se procede a clasificar las expresiones algebraicas en monomios, binomios y trinomios.

En la definición de polinomio no median los elementos restrictivos a los coeficientes, es decir no se coloca a qué conjunto pertenecen. El conjunto de los coeficientes que conforman la expresión no es definido (al menos, en forma explicita) dentro de algún sistema numérico, tales como el conjunto de los números enteros Z, el conjunto de los números racionales Q o el conjunto de los números reales R, igual sucede para el conjunto de exponentes asociado a cada término (el exponente ha de ser un número entero nonegativo).

Sólo se hace mención al caso mostrado a través del ejemplo. En consecuencia, la definición queda reservada a un caso particular. Desde el punto de vista conceptual diremos que tal definición corresponde a una noción abordada con cierta ambigüedad, pues el conjunto de los coeficientes no queda definido explícitamente dentro de algún conjunto numérico, tal como Z, Q o R.

Cuando se examinan las definiciones dadas a cada uno de los componentes que conforman la expresión algebraica, detectamos que la palabra “Variable” aparece asociada a la definición de coeficiente (Coeficiente: Son los números que multiplican a la variable). Sin embargo, ella apenas es nombrada y representada por el símbolo “X”, como es lo usual. No se hace referencia a ella en un apartado especial, tal como sucede con los otros componentes de la expresión algebraica en estudio. Su aparición ocurre en un ambiente que presumimos de cotidiano, tanto para la docente como para los estudiantes, es decir, es mencionada sin hacer referencia a su connotación semántica dentro de la expresión matemática en estudio. Ella aparece como un accesorio, que quizás no amerite mayor explicación.

Los ejemplos utilizados por la profesora y que aparecen registrados en el cuaderno, son utilizados como ejercicios para asegurar la correcta identificación de los componentes del polinomio. Aquí no importa saber el ¿qué?, ¿quién? y ¿qué hace?, dentro de una expresión algebraica, llamada polinomio; sólo importa nombrarlo sin que ello, necesariamente implique un reconocimiento, una explicación o alguna reflexión. Este proceso de identificación, mediante la asignación de nombres a cada componente es logrado con relativo éxito, pues en el cuestionario dirigido a los estudiantes, éstos identificaron con cierta facilidad cada componente (El 54% de los estudiantes, respondieron que identificaron con facilidad), sin embargo, cuando se les sugirió dar una justificación a su respuesta, se encuentran ciertas contradicciones con respecto al grado de dificultad para nombrar los componentes de un polinomio.

La carencia de una conceptualización que pueda ser considerada como apropiada para el objeto matemático “polinomio” y para el término “variable” se refleja en los contenidos tratados con posterioridad. En una clase registrada el día jueves 5 de febrero de 2004, el “Valor numérico de un polinomio” queda definido como: “Es el número que se obtiene cuando se sustituye en el polinomio la variable por su valor y se efectúan las operaciones” (notas de campo y cuaderno de apuntes). En esta definición se introduce en forma explicita la palabra “variable”, sin que medie para ello el significado de la misma y el papel que esta desempeña dentro de las expresiones polinómicas que aparecen posteriormente en la hoja del cuaderno como producto de la trascripción realizada por el estudiante a partir de lo escrito en el pizarrón.

En efecto, aquí la “X” podría ser considerada como una variable, pero al no hacerse referencia a la “función polinómica”, pierde su connotación y el valor numérico queda definido para un caso muy particular, como un simple número, sin ninguna conexión con la función polinómica y por ende, con el concepto de variable. Por otra parte, el exceso de ejercicios reportados en el cuaderno demuestra el apresuramiento por pasar a la parte operativa sin advertir la parte conceptual, es decir, relacionar el cálculo del valor numérico de un polinomio con el concepto de variable y la función polinómica, aquí sólo importa ejecutar las operaciones sin referencia semántica a los conceptos genéricos involucrados en la operación.

Debido a lo anteriormente descrito, presumimos que a lo largo de la escolaridad entre el sexto, séptimo y octavo grado de Educación Básica, el estudiante ha tropezado en varias oportunidades con el símbolo “X”, se le ha transformado en un símbolo cotidiano que no amerita preguntar o preguntarse por él.

En las clases posteriores al contenido de “Valor numérico de un polinomio”, se describen las operaciones algebraicas con polinomios: adición, sustracción, multiplicación y división con las correspondientes reglas algorítmicas para efectuar los cálculos. En ellas, el término “variable” desaparece como palabra, no obstante queda su representación mediante la cotidiana “X”, con la que se efectúan las operaciones algebraicas con polinomios.

De este análisis preliminar diremos que la palabra variable aparece escrita explícitamente en dos ocasiones, una, para hacer referencia al coeficiente y, la segunda, para indicar que la variable debe ser sustituida por un valor determinado y calcular el valor numérico de un polinomio con ese valor asignado a la variable. Las operaciones con los polinomios son desarrolladas manipulando el símbolo “X” sin prestar atención al significado que subyace en dicho símbolo. Al parecer, existe mayor preocupación por desarrollar destrezas operatorias en detrimento de un aprendizaje conceptual. Se ignora que detrás de los símbolos matemáticos existe un concepto asociado al que es necesario prestar mayor atención si lo que deseamos es un aprendizaje significativo.

En consecuencia, consideramos que en la enseñanza de la matemática prevalecen, las acciones didácticas dedicadas a desarrollar cálculos y no a reflexionar sobre los conceptos implicados en tales operaciones. En este sentido, el concepto de variable y su correspondiente símbolo aparecen como periféricos durante el desarrollo de los ejercicios.

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Referencias Bibliográficas

Duval, R. (s.f.). Registros de representación semiótica y funcionamiento cognitivo del pensamiento. Material mimeografiado.

Godino, J. (2000). Significado y comprensión de los conceptos matemáticos. Didáctica de las Matemáticas. Nº 25. 59-74. Madrid: Revista Uno.

Piaget, J. (1981). Psicología y Epistemología (5ª ed.). Barcelona: Ariel Pozo, J. (1997). Teorías cognitivas del aprendizaje. Madrid: Morata.

Quintero, R. (1998). Diferentes interpretaciones de los polinomios. Mérida: III Escuela Venezolana de Educación Matemática.

Skemp, R. (1999). Psicología del aprendizaje de las matemáticas. 3ª edición. Madrid: Morata




Equisangulo
Revista Iberoamericana de Educación Matemática
Facultad de Humanidades y Educación
Universidad de Los Andes
Mérida-Venezuela

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