La Conferencia |
Buenos días a todos. Quiero comenzar agradeciendo la gentileza del Comité Organizador, al incluir
mi participación en este Primer Encuentro Nacional del Seminario Venezolano
de Educación Matemática, que auspicia el Programa de Perfeccionamiento
y Actualización Docente de la Escuela de Educación, de la Universidad
de Los Andes y que busca contribuir al logro de un cambio en nuestra
forma de pensar y de actuar en nuestro quehacer educativo, al generar “…una
discusión permanente sobre los (des)aprendizajes matemáticos de los
niños y pubertos de edad escolar, así como analizar con sentido crítico
y propositivo la (de)formación producida en los planes y experiencias
académicas de la Licenciatura en Docencia”. Cuando se me pidió esta intervención, la solicitud fue que
estuviese relacionada con la Enseñanza de la Matemática en los niveles
de Educación Inicial o Básica, o en la Formación de Docentes de estos
niveles. No obstante, para tratar de dar respuesta a ambas inquietudes,
es que surgen estas páginas. |
LA
FORMACIÓN DE LA MATEMÁTICA DE LOS DOCENTES DEL NIVEL INICIAL
Blanca Quevedo
Coordinadora Postgrados en Educación. Universidad del Valle del Momboy.
Valera – Edo. Trujillo. Venezuela
E-mail: villegasal@cantv.net
Dentro del campo educativo mucho se ha dicho y experimentado en relación
con la efectividad de la enseñanza, los factores y elementos que la determinan.
Nos encontramos, inclusive, muchos investigadores de las diferentes universidades
del país que han intentado ver el proceso de aprendizaje como un conjunto
complejo de factores que afectan el rendimiento estudiantil y que señalan,
entre dichos factores, las estrategias utilizadas por los docentes en el proceso
de enseñanza y de aprendizaje de la enseñanza, en general, y de la matemática,
en particular.
Estamos conscientes de que en la enseñanza elemental, más aún que en los
otros niveles de la educación, el rol del docente es fundamental; de igual
manera, sabemos que la mayoría de los docentes tienen una formación básica
no muy elevada en el área de matemática; inclusive, este problema se presenta
no sólo en los docentes, sino también en los formadores (Quevedo, 2000b),
los cuales deben actualizarse en los nuevos contenidos, lo que conduce a profundizar
más en estos últimos –principalmente desde el punto de vista estructural–
que sobre los métodos.
La tendencia es a dar una formación teórica sobre los contenidos y de
preparación para la carrera que van a ejercer, relacionando la parte epistemológica
y la didáctica. Pero en la realidad, las instituciones de formación se encuentran
inertes, y sus cambios se han separado de la formación de docentes en servicio,
sin que sus medios aumenten en consecuencia, por lo que los formadores no
tienen la posibilidad de reflexionar suficientemente sobre su trabajo. (Quevedo,
1999)
En la actualidad, estamos convencidos de que
la educación es el pasaporte para el mañana, por lo cual debería ocupar el
primer lugar entre las preocupaciones públicas y los esfuerzos nacionales.
Es necesario asumirla como tarea de todos, y es por ello que con el avance
social de las ciencias pedagógicas y la implementación de una reforma curricular
más humanística en Venezuela, (M.E.,1997; MECD, 2000) la acción del docente
en el desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje ha adquirido especial
relevancia, ya que ellos son considerados los protagonistas de los cambios
educativos necesarios, y tienen necesidad de seguir profundizando sobre aquellos
agentes y situaciones que, de alguna manera, afectan su ámbito profesional.
Es evidente
que los docentes, juntamente con los alumnos y el saber, representan los agentes
fundamentales para desarrollar una enseñanza de calidad (Ódreman, 1998).
Por consiguiente, su desempeño como docentes didactistas y creativos,
ejerce influencia en los resultados obtenidos de los alumnos y su responsabilidad
por mejorar el proceso educativo; las técnicas, métodos y procedimientos didácticos
que apliquen para realizar su labor pedagógica en el aula, representan elementos
fundamentales para hacer realidad el propósito de la acción pedagógica del
sistema de educación venezolano.
Esta
realidad ha motivado el interés por obtener información sobre el desempeño
profesional de los docentes de acuerdo con la complejidad y características
de las áreas académicas, de tal manera que, se pudieran visualizar sus requerimientos
en el campo laboral.
De hecho, existe una serie de condiciones
que determinan la actuación profesional del docente en ejercicio como didactista,
por una parte, su dedicación y la utilización de recursos didácticos que aplica
para desarrollar el proceso de enseñanza y aprendizaje, relacionados con el
nivel de dificultad, exigencias y características de las asignaturas, y por
otra, su acción docente, práctica, reflexiva, sobre los procesos de enseñanza
y aprendizaje de esas asignaturas, por ejemplo, de las matemáticas.
Por lo tanto, el docente para ser un didactista (Quevedo, 2000a:6)
debe hacer esfuerzos particulares en la determinación del objeto y de los
métodos de enseñanza, ser un técnico o un ingeniero que produzca y propague
las innovaciones; ser un investigador, que se distinga en su disciplina porque
su objeto de estudio está en estrecha relación con la enseñanza. En fin, será
un didactista, porque facilitará la teorización de los conocimientos a todos
los agentes que participan en el proceso educativo, trayendo como consecuencia,
un incremento de la efectividad en el trabajo del educador matemático.
En este sentido, ha sido comprensible
que los métodos y procedimientos didácticos dirigidos a la enseñanza de las
matemáticas, exijan del docente mayor capacidad y habilidad en el ejercicio
de su desempeño profesional.
En los últimos años, se ha detectado
en los institutos de educación venezolanos, públicos y privados, una serie
de eventos contrarios a los objetivos pedagógicos planteados en relación con
la educación escolar de esta asignatura, específicamente, el desconocimiento
por parte del docente de la necesidad de:
- Una reflexión sobre el significado de los objetos matemáticos particulares que se pretenden enseñar, y el estudio de las transformaciones que experimentan los mismos para adaptarlos a los distintos niveles de enseñanza;
- Conocer las dificultades, errores y obstáculos de los alumnos en el aprendizaje y sus estrategias en la resolución de problemas;
- La ejemplificación de situaciones didácticas, metodología de enseñanza para temas específicos y recursos didácticos específicos.
Todo esto, sin olvidar
que es necesario buscar criterios y
medios para llevar a cabo esta formación.
Además, lo anterior nos muestra que es necesario que
el docente organice y controle las situaciones de clase, las situaciones problemas,
con fines de enseñanza, lo que nos conduciría a encontrar el campo de selecciones
posibles, más bien que revisar las prácticas actuales de la enseñanza de las
matemáticas.
Esta selección
de “situaciones problemas”, por parte de los docentes, es, por lo tanto, una
cuestión central de los trabajos en didáctica de las matemáticas. Él debe
ser creativo y original, además de preciso en su selección. (Quevedo, 2000a).
El encuentro entre el alumno y las nociones matemáticas se hace en una situación
de clase que es gerenciada por el docente. Esta situación pone en juego numerosas
interacciones entre el docente, el alumno, el saber y el medio.
De acuerdo
con los razonamientos que nos ha descrito “el presente” de la formación matemática
de nuestros docentes, creemos que para lograr un mejor “futuro” en el proceso
de enseñanza y de aprendizaje de la matemática es necesario que el docente
logre planificar las situaciones problema, tomando en cuenta que lo que se
busca no es que el alumno “aprenda conceptos” sino que “aprenda a resolver
situaciones-problema” en el sentido amplio. No es un adiestramiento para resolver
problemas análogos en los cuales varían solamente los datos, o los protagonistas,
sino situaciones problema donde el docente debe lograr:
§
Transformar esa “respuesta razonable” en “objeto
cultural”, es decir, en conocimiento reconocido en el medio exterior y que
sería parte del patrimonio de conocimientos del conjunto de los alumnos. Y
en el que el alumno debe llegar a darle sentido y significado al conocimiento
que el docente quiere que él construya, al colocarlo en una situación específica
a ese conocimiento, enriqueciendo así su experiencia cognitiva y sus posibilidades
de comprender nuevas situaciones problemáticas.
Todo esto va a permitir desarrollar en los alumnos habilidades
básicas para realizar cada aprendizaje como un proceso, en el que la adquisición
del conocimiento matemático buscado, no esté directa o indirectamente enseñado
por el docente, sino que puede aparecer progresivamente, elaborado por el
mismo alumno o grupo de alumnos, a partir de múltiples interacciones con la
situación educativa.
Por lo tanto, los docentes deben asumir y adaptar los conocimientos sobre los aspectos epistemológicos de los contenidos matemáticos y sus transposiciones didácticas, así como sobre las dificultades y obstáculos de los estudiantes (Clark, 1994; Cooney, 1994). Para ello, sería conveniente que los conocimientos didácticos fuesen contextualizados en situaciones significativas, comenzando con los docentes en servicio, pasando por los docentes en formación, sin olvidar los profesores universitarios que forman estos docentes; ya que la metodología de los cursos de preparación de profesores, tiene que reflejar los principios metodológicos deseables en la propia acción didáctica de los profesores, enmarcando todo desde una perspectiva constructivista, como lo plantea el Currículo de la Educación Básica Venezolana (MECD, 1997)
De acuerdo a lo antes señalado, es necesario darle mayor importancia a los procesos de pensamiento del docente (Shulman, 1986), lo que plantearía:
Por una parte, una visión de la tarea profesional del profesor en formación respecto a su propio proceso de formación y a la toma de decisiones en su tarea profesional, ya que “es conocido que muchos profesores tienden a reproducir en su profesión los mismos modelos que ellos experimentaron cuando eran estudiantes, insensibles a las orientaciones desde diferentes puntos de vista” (Blanco y Barrantes, 2003:109).
Y por otra, la necesidad de un docente de aula, creativo al momento de seleccionar la “situación problema” que debe presentar a sus alumnos, ya que esta debe reunir las características adecuadas para la enseñanza del conocimiento didáctico del contenido. En particular, estas “…situaciones deberían permitir la reflexión didáctica sobre las matemáticas, el estudio de las investigaciones didácticas sobre errores y dificultades de aprendizaje, así como sobre métodos y recursos de enseñanza y su realización práctica”. (Godino, Batanero y Flores, s/f)
Por lo tanto, el docente debe asumir estos conocimientos como propios gracias a su contextualización ya que le plantean además, dilemas profesionales que los hacen significativos, al obligarle a poner en juego sus creencias y concepciones sobre las matemáticas, su enseñanza y aprendizaje.
Para alcanzar todo esto, se debe lograr que:
1. Las universidades e institutos universitarios que forman docentes en Matemáticas introduzcan las condiciones idóneas para que los profesores expliciten y comuniquen sus ideas previas con relación a su tarea profesional (Thompson, 1992, Flores, 1994), así como, que propongan una confrontación y validación de sus propias creencias y concepciones frente a los resultados producidos por la investigación didáctica.
2. Los docentes en servicio, consideren las habilidades cognoscitivas y metacognitivas que están en juego en una actividad específica de clase, y logren organizar “situaciones problema” donde los alumnos no sólo resuelvan los problemas cuya solución ya se conoce, sino que los preparen a resolver problemas que aún no han sido capaces de solucionar. Todo esto, realizando un trabajo matemático auténtico, que no incluye solamente la solución de problemas sino la utilización de los conocimientos previos en la solución de los mismos.
3. Se considere el aprendizaje de la matemática como una lengua, pues las matemáticas no constituyen solamente una actividad, sino también, son un lenguaje simbólico y un sistema conceptual lógicamente organizado, aunque no en una jerarquía estricta de niveles de abstracción y complejidad. Esta consideración permitiría lograr un aprendizaje funcional, que admita la comunicación, y el progreso, y que conseguiría un estudio sistemático de la gramática de dicha lengua.
Para lograr considerar las matemáticas desde estos puntos de vista: actividad, red conceptual y lenguaje, se podría utilizar la Teoría de Situaciones Didácticas de Guy Brousseau (1986), quien propone el diseño de situaciones de formulación/comunicación, validación e institucionalización como complementos imprescindibles de las situaciones de acción o investigación; pues se considera, desde nuestro punto de vista, una teoría del aprendizaje organizado de las matemáticas, es decir, una teoría de la enseñanza de la matemática, en conformidad con los supuestos epistemológicos y psicológicos formulados anteriormente. Esta teoría representa un ambiente de aprendizaje transformador, en el que no sólo se presta atención al saber matemático que interviene en las actividades, sino además, se toman en cuenta las actividades de comunicación en el aula, todo ello, en una secuencia organizada de situaciones didácticas
Además, las situaciones de acción que se planteen deben estar apoyadas en problemas reales, que cautiven el interés de los alumnos para que ellos los asuman como propios y quieran resolverlos; constituyéndose así, un primer encuentro de los alumnos con los objetos matemáticos implícitos, en el que se les ofrece la oportunidad de investigar por sí mismos posibles soluciones, ya sea de forma individual o en pequeños grupos.
Ante la situación planteada, es necesario que el docente
conozca los principios elementales didácticos que debe tener presentes al
momento de seleccionar una actividad o situación específica para un conocimiento
matemático dado:
1.
Utilización
del conocimiento matemático que se quiere alcanzar
La actividad o situación problemática donde se va a colocar
a los alumnos debe llevarlos a utilizar el concepto perseguido (que se quiere
alcanzar) para llegar a la resolución de la situación. Por ejemplo, si nuestro
fin es que los alumnos utilicen el concepto de relación, es necesario colocarlos
en una situación donde la solución sea alcanzada tratando de forma diferente
los momentos que pertenecen a las características de la relación de los que
no pertenecen a ella. Si, además, queremos que el alumno elabore un medio
de representar una relación, es indispensable que esta situación necesite
el uso de una representación, es decir, un medio escrito de comunicación con
otros o consigo mismo (Comunicación o autocomunicación). Es así, como se elabora
una representación con sentido para los alumnos.
2.
Construcción
de una o varias situaciones
Las actividades o situaciones problemáticas donde se
va a colocar a los alumnos, deben ser de tal manera que:
a.
Los alumnos puedan utilizar los conocimientos
ya adquiridos.
b.
La insuficiencia de los métodos utilizados
precedentemente por los alumnos, debe conducirlos a probar otros, a combinarlos,
etc., en una serie de tentativas, que no son consideradas como fracasos por
el docente, sino programadas en el desarrollo de la clase por él.
c.
Los éxitos o los fracasos de un método de resolución
no les son significativos por el docente, sino por las retroacciones de la
situación (feedback).
d.
Debe funcionar un poco como “rompecabezas”,
es decir, en el que el éxito no depende de la situación propuesta y en el
que es natural hacer varias tentativas hasta que se sepa el éxito alcanzado.
En ese momento, la situación para el alumno pierde mucho de su interés.
3. Organización de la situación
La actividad o situación problemática en la que se va
a colocar a los alumnos, debe permitir que:
c. En ese mismo
sentido, es necesario que el docente tenga presente que cada vez que va a
preparar una situación problema cualquiera, debe hacer:
·
Un estudio matemático
de la solución esperada.
Esto ayudará a
saber y/o conocer con anterioridad, los métodos, razonamientos y/o representaciones
que el alumno puede utilizar considerando las soluciones posibles a la situación.
Puede prever las nociones matemáticas que están subyacentes en la situación.
·
Un análisis de
la situación a-didáctica
Esto ayudará a
prever: las estrategias de base y las estrategias posibles y los conocimientos
asociados a ellas que los alumnos podrán utilizar; los errores y las fallas
de táctica que llevan a una autocorrección; cómo presiona la situación para
que los alumnos modifiquen las estrategias y los conocimientos; cómo determina
las variables didácticas que intervienen en la situación y cómo las puede
hacer variar cualitativamente; cómo determinar qué tipo de situaciones pueden
realizar los alumnos: acción (ejecutan), formulación (dicen, hablan), y/o
validación (emiten juicios).
·
Un análisis de
la situación didáctica que toma apoyo en la situación ejecutada (realizada)
Esto ayudará a
prever las reglas posibles del comportamiento del docente (no intervenir,
solo para hacer respetar las reglas, controlar los cálculos,… hacer que los
alumnos digan las propiedades que utilizan), y a evaluar las características
didácticas prácticas de la situación didáctica. (Tiempo, número de operaciones
realizadas, tiempo del cálculo, motivación,…).
·
Creación de nuevas
situaciones
Esto permitirá
al docente tener un abanico de posibles nuevas situaciones a partir de la
situación trabajada, simplemente a través de variantes significativas.
d. Y finalmente,
es necesario que el docente conozca cómo se realiza y, sobre todo, cómo se
podría realizar la gestión del sentido de las nociones matemáticas; es indispensable
que haga una distinción entre las actividades que ellos realizan:
·
Las actividades que buscan la adquisición de los conocimientos
institucionalizados tales como los
algoritmos del cálculo, las definiciones canónicas o las propiedades fundamentales.
·
Las actividades que buscan la comprehensión y el uso
de esos conocimientos.
Hechas estas consideraciones, creemos
necesario lograr en el docente un cambio de actitud, para que conciba el fenómeno
educativo de una forma diferente, y en su desempeño profesional sea capaz
de romper con la rutina y la tradición y que se abra hacia la comprensión
e internalización de los fundamentos que sustentan la educación básica, pues,
ello supondría un cambio en los criterios y valores, en la forma de enfocar,
practicar, evaluar, planificar,... el proceso de enseñanza y de aprendizaje
de la matemática, en particular, y de la educación básica, en general.
·
La especialización en Didáctica de las Matemáticas,
por considerarla un área prioritaria de nuestra educación,
·
Las especializaciones en: Docencia para la
Educación Inicial, Docencia para la Educación Básica y la Maestría en Ciencias
de la Educación Mención Docencia para la Educación Superior, para poder formar
los docentes en servicio y los docentes formadores de docentes a todos los
niveles del sistema educativo.
·
Las especializaciones en Planificación Educacional
y Evaluación Educacional, por considerarlas indispensables, para poder organizar
nuestra educación.
·
La especialización en Gerencia de la Tecnología
de la Información y la Comunicación, para poder formarlos en el uso de esta
tecnología y estar acorde con el decreto 825 del Gobierno Nacional, el cual
considera de interés público el uso de computadoras e Internet, como un medio
de interrelación de los países y una herramienta invalorable al acceso, la
difusión y la comunicación de ideas y conocimientos.
Y próximamente, se propondrá la especialización en Didáctica
del Inglés, y en Gerencia de Investigaciones para cubrir la necesidad de los
profesores de la región, tanto en esta lengua, como en la formación de investigadores.
Todos estos programas están articulados en el Área de
Investigación Calidad de la Educación, que busca mejorar la calidad del docente
del estado Trujillo y en consecuencia del trujillano, para lograr, a través
de estos diferentes postgrados, un cambio en un grupo de nuestros docentes
para que sirvan de multiplicadores en la región y, es por ello, que los estamos
sensibilizando, para que se formen y puedan lograr un cambio significativo
en su pensar y actuar. Trujillo lo necesita y en consecuencia, estamos tratando
de darle una oportunidad.
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